¿Cómo el sector hotelero podría contribuir al desarrollo territorial?

Los hoteles pueden ser algo más que alojamientos: convertirse en aliados clave para el desarrollo económico, social y cultural de los territorios donde operan.

Por Óscar Iván Pérez H.*

Desde febrero de 2021, llevo un estilo de vida nómada que me permite trabajar remoto mientras viajo por Colombia. En estos años, he visto repetirse en distintas regiones del país una escena que, aunque parece menor, dice mucho sobre la forma en que se entiende (o se ignora) la relación entre los hoteles y el territorio. Déjenme contarles. 

Uno de los primeros municipios que visité en este viaje fue Santa Cruz de Lorica, Córdoba, un pueblo patrimonio que se alza a orillas del río Sinú en la Costa Caribe. El viernes, al retornar al hotel después de almorzar un pescado guisado en el fascinante mercado público, le pregunté al recepcionista qué cosas había para hacer en el pueblo. El pobre quedó frío, inmóvil, y luego dijo: 

–No sabría decirle, señor. 

–¿Sabes quién me puede dar información? –pregunté.

–Deme un momento y le pregunto a la administradora –respondió, y se retiró.

Poco después volvió con una joven de paso firme y figura esbelta. 

–¿En qué le puedo ayudar, señor? –dijo con acento cordobés. 

–Me voy a quedar el fin de semana aquí y quisiera saber qué hay para hacer en Lorica y sus alrededores.

–Lamentablemente no tenemos esa información.

–¿Conoces a alguien que me pueda ayudar?

 –Sí, hay alguien que quizás le pueda orientar –dijo, tras un silencio corto en que alcancé a intuir la respuesta contraria.

Así di con Samuel, un guía local con quien hice un paseo en canoa por las aguas del Sinú y me convenció de conocer el proyecto de conservación de tortugas de río que adelanta la comunidad de Cotocá Arriba, a tan solo 15 minutos de donde estaba. 

Aquel “Lamentablemente no tenemos esa información”, con otros acentos y variaciones, lo he escuchado muchísimas veces desde entonces. Me lo han dicho en pueblos y ciudades, en hoteles baratos y costosos, en destinos turísticos y desconocidos. Y me ha sorprendido y aterrado, porque –en mi opinión– los hoteles y demás sitios de alojamiento deberían ayudar a resolver las principales preguntas turísticas que tenemos los visitantes: 

¿Qué hacer? 

¿Con quién hacerlo?

 ¿Cómo hacerlo? 

¿Cuánto cuesta? 

¿Cuánto tiempo tarda? 

Con ésto no quiero decir que los hoteles deban ser o saber tanto como los operadores turísticos, pero sí que deberían conocer el entorno en el cual operan y conectar a sus clientes con actores locales tales como restaurantes, bares, artesanos, guías y colectivos culturales. De esta forma ayudarían a que los visitantes tuviéramos una mejor experiencia y a que el turismo se convirtiera en un instrumento del desarrollo sostenible del territorio. 

Este ejemplo anecdótico es repetible en distintas escalas; de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe – CEPAL, el desarrollo territorial es un enfoque integral que busca equilibrar los aspectos económicos, sociales y medioambientales del turismo para mejorar la calidad de vida de las comunidades anfitrionas. Así mismo, este enfoque promueve la conservación de los recursos naturales y culturales, la creación de empleo y la reducción de la pobreza, con lo cual se asegura que los beneficios del turismo se distribuyan equitativamente entre los actores involucrados.

En este orden de ideas, el turismo podría convertirse en un instrumento de desarrollo territorial cuando se vincula con otros sectores económicos, promueve la participación de comunidades locales y contribuye a cerrar brechas sociales y geográficas. Esto implica, entre otras cosas, fomentar el consumo de bienes y servicios del entorno, proteger la identidad cultural, generar empleo decente y establecer alianzas entre actores públicos, privados y comunitarios. 

Si bien ésto requiere visión estratégica, también puede comenzar con acciones simples y cotidianas: formar a los equipos de recepción, establecer vínculos con productores y colectivos del territorio, o incluir información clara y confiable sobre el destino en los canales de comunicación del hotel. Así me ocurrió en Honda, Tolima, en cuya Oficina de Turismo me dieron un folleto bastante completo que me ayudó a organizar mi visita, y en Jardín, Antioquia, en donde encontré la página web de turismo más completa que haya conocido en un pueblo colombiano (ver aquí).

Este tipo de desconexión con el territorio no es exclusivo de Colombia. En distintos países latinoamericanos, algunos hoteles —grandes y pequeños, urbanos y rurales— tienden a operar como burbujas aisladas, reproduciendo modelos de hospitalidad estandarizados que priorizan la comodidad del huésped en sus instalaciones por encima del vínculo con el entorno. Esta lógica los aleja de las comunidades que los rodean y limita su aporte al desarrollo territorial sostenible. Sin embargo, por su posición estratégica como punto de llegada y estadía del visitante, los hoteles —insisto— tienen un potencial enorme para convertirse en nodos de articulación entre los viajeros y los ecosistemas culturales, sociales y económicos locales. 

La idea anterior no es solo una intuición personal: La sostenibilidad turística desde una perspectiva territorial, de la CEPAL, subraya que el impacto del turismo sobre el desarrollo territorial es mayor cuando las pequeñas y medianas empresas de hospedaje se integran a las cadenas de valor locales, promueven empleos de calidad y fortalecen el tejido social de los territorios donde operan. Además, la investigación encuentra que muchas de estas empresas —en particular las micro, pequeñas y medianas— muestran todavía bajos niveles de encadenamientos productivos, escasa innovación vinculada con objetivos del destino y poco aprovechamiento de alianzas público-privadas. 

Así que, sector hotelero, ¿Qué espera para convertirse en líderes dinamizadores del desarrollo de los territorios en donde operan?

Óscar Iván Pérez H.
Óscar Iván Pérez H.
Economista y magíster en ciencias económicas y líder del área de Conducta empresarial responsable y debida diligencia en derechos humanos de Greystone Consulting Group Latinoamérica

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